En el marco de las celebraciones por el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana
CHETUMAL.- Invitado por la Secretaría de Cultura de Quintana Roo, el compositor y pianista Mario Pech Rivero ofreció el recital de piano Música Mexicana en la sala permanente del Museo de la Cultura Maya.
Este concierto, realizado en el marco de los festejos por el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, se llevó a cabo el viernes 16 de julio a partir de las 19:00 horas.
Pech Rivero inició con Suéñame Quintana Roo, composición de Ricardo Ceratto que el público ha alojado en su corazón y que se ha convertido tácitamente en el himno popular del estado.
Prosiguió con Leyenda de Chetumal, de Carlos Gómez Barrera, que a su vez ha quedado como un emblema melódico de los habitantes de esta capital, ya que la letra narra las vicisitudes, la entereza y el renacimiento de la ciudad en ocasión de la devastación causada aquí por el huracán Janet.
A continuación, con la limpidez y el fervor que caracterizan a Mario Pech, tocó Cielito lindo, una de las canciones más representativas de México, escrita en 1882 por el compositor mexicano Quirino Mendoza y Cortés.
Luego, recreó La rielera de Samuel Lozano, uno de los corridos más célebres de la Revolución Mexicana, en cuya letra se reconoce el papel decisivo que tuvieron las mujeres en este movimiento social.
Otra corrido revolucionario de este recital fue La cucaracha, en el que también se rinde homenaje a las soldaduras y en el que, cantado, aparecen los nombres de Madero, Carranza, Zapata, Villa y otros líderes de esa época.
En esta sección del programa no podía faltar La Adelita, corrido arquetípico de la mujer revolucionaria, que por su calidad melódica y lo entrañable de su anécdota romántica permanece inamovible en el gusto del público.
De su propia inspiración, Mario Pech tocó Estrella de Chetumal, Los aluxes de Oxtankh y México de amor.
De Chucho Monge, ofreció México lindo y querido, canción popularizada inicialmente por Jorge Negrete y que posteriormente ha sido interpretada por una gran cantidad de solistas, grupos, coros y asociaciones musicales de México
Culminó este emotivo recital con La Bikina, compuesta por Rubén Fuentes en 1964 y que de inmediato alcanzó una gran popularidad.
Numerosas personas disfrutaron el talento interpretativo de Mario Pech Rivero y la calidad de las melodías seleccionadas para tal ocasión, que pudieron apreciarse cabalmente gracias a las condiciones favorables de la sala permanente del Museo de la Cultura Maya.