A Umberto Eco, autor de "El Nombre de la Rosa", no le gustó nada la elección por Sean Connery para el papel del Fray Guglielmo da Baskerville (William de Baskerville en la versión fílmica de 1986).
Curiosamente, sucedió lo mismo con el escritor Ian Fleming, a quien siempre le pareció un terrible error que Connery fuera elegido para ser James Bond.
Al parecer, el favorito de Eco era Robert De Niro. Pero sus cuestionamientos al guion y el capricho de tener un duelo de espadas con el villano al final del film, hicieron que el director Jean-Jacques Annaud perdiera todas las ganas de contratarlo.
Cuando Sean Connery se presentó al casting y leyó sus primeras líneas del guion, Annaud ya sabía que tenía a su protagonista. No habría otro mejor.
El personaje de Fray William de Baskerville era una suerte de Sherlock Holmes. Su Watson fue el actor Christian Slater, por entonces un adolescente de 15 años sin mucha experiencia cinematográfica. Sin embargo, la dupla funcionó maravillosamente.
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